martes, 1 de diciembre de 2009

Y mientras

La princesa se enfada y gruñe. No sabe qué hacer, no sabe si seguir a la luna o quedarse con el sol deslumbrante que sale de noche. No acude a nadie, se encoge sobre sí misma.

Y mientras, la hechicera no sabe qué hacer.

El hechicero se enfada y gruñe. No sabe qué hacer, no sabe a qué hora amanecerá mañana ni si le gustaría bajar en ascensor o andando. No acude a nadie, se encoge sobre sí mismo.

Y mientras, la hechicera no sabe qué hacer.

La hechicera se pone triste, se enfada, gruñe. No sabe qué hacer. Solo puede esperar, cerca, de pie, al acecho. Las gotas de lluvia mojan su rostro, se deslizan por sus mejillas y se precipitan al vacio que la rodea. Mira al cielo: despejado, sin una nube, nada, no caen gotas. Y sin embargo, la piel de la hechicera se sigue mojando.

Y mientras, la hechicera no sabe qué hacer.

domingo, 18 de octubre de 2009

Volver

Y las lágrimas caen. Y huyo. Y vuelvo a llorar. Y a pedir perdón. Y vuelvo, una y otra vez, a intentar volver atrás, recomponer las piezas rotas de un rompecabezas inconcluso. Y abrazo. Y vuelvo a llorar. Y vuelvo al puzzle. Y vuelvo a leer. Y… si, volveré a llorar. Y si, será esta noche. Y si, mañana volveré a intentar reconstruir lo que no hago más que romper, lo que quiero y no puedo, lo que puedo y no quiero. Y vuelvo, simplemente vuelvo.

martes, 29 de septiembre de 2009

Visitante (II)

Entro en casa de nuevo y me siento en el sofá. Cierro los ojos y me sumo en un sueño profundo.

Abro los ojos. El sol se cuela por las ventanas, pero no sé cuanto he dormido. Un violento escalofrío me recorre la espalda y me incorporo de un salto. Delante de mí se materializa un hombre que me resulta muy familiar.
- ¿Javier?
Este aparece justo detrás del extraño. Son exactamente iguales. El joven realiza un movimiento con la mano, que reconozco al instante, una desinvocacion. En un abrir y cerrar de ojos, Javier ha desaparecido de la habitación.
- ¿Quién eres tú?
El sonríe amablemente.
- El hechicero.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Reflejo

Descorro violentamente la cortina y dejo al descubierto el espejo. Lo miro con rabia.
- Te odio.
- Te odio.
Nos miramos durante unos instantes. De repente, dos perlas brillantes se deslizan por la superficie del espejo. Lentamente, me acuclillo y abrazo mis rodillas.
- Das pena.
- Das pena.
Sonrío un segundo y mi rostro vuelve a enfurecerse.
- Te odio.
- Te odio, eres tan débil.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Muertos

- ¿Y qué hacen cuando se van?
Dejo la pluma sobre la mesa y levanto la vista.
- Depende, unos se van, cruzan el paso, y otros se quedan aquí.
Ellos fruncen el ceño.
- ¿Él se quedará?
Asiento suavemente con la cabeza.
- ¿Durante cuanto tiempo?
Suelto un suspiro por lo bajo.
- Más del necesario.
- ¿Por qué más?
- Siempre se quedan demasiado.

lunes, 24 de agosto de 2009

Visitante

Entro en la habitación y me descalzo. Desde su rincón, Lucia me habla.
- He oído que un hechicero andapor la Ciudad.
Mis ojos se abren, asombrados.
Corro hacia el armario y saco una bolsa de viaje. La dejo en el suelo y comienzo a llenarla de ropa y utensilios varios.
- ¿Qué haces? – pregunta ella.
- Huir.

domingo, 2 de agosto de 2009

Si fuera yo...

Sandalias, falda, camisa, corbata. Una sorpresa aguardando a la vuelta. Música y guerra de garbanzos. Música y apalancamiento en R. “Si vas conmigo, no vas a ligar nada esta noche”. Escanciado de sidra y un botón menos.

“... me tiraría a mi misma”

Pequeña excursión a las Maldivas. Minutos en El banco y recuerdos lejanos. Palabras menores y sobre todo, mayores. Libro nuevo. Pijama, beso de buenas noches arropada en la cama. Sueño profundo, mientras alguien se moja bajo la lluvia.

Si fuera yo... me encantaría ser esa persona.

viernes, 31 de julio de 2009

La Reina

Entro en la gran sala del trono, sintiéndome observada por todos los presentes.
- Te mandé llamar hace años, hechicera – dice la Reina.
- Y estuve aquí de inmediato, señora.
Ella inclina la cabeza de forma altanera.
- Os mandé preparar la pócima de la responsabilidad.
- Y la tuvisteis de inmediato.
La Reina niega suavemente.
- No es verdad. Os mandé preparar la fórmula de la limpieza.
- Y la tuvisteis de inmediato.
- No es verdad.
Suspiro con resignación.
- ¿Acaso mis palabras tienen algún valor ante los Reyes? ¿Acaso mis actos tendrán un mínimo de aprobación por vuestra parte, señora?
La Reina sonríe y mira de reojo al Rey, que se esconde lentamente en su trono.
- No.

sábado, 18 de julio de 2009

Regreso

- ¿Dónde estabas?
-
Los reyes requerían mi ayuda inmediata, pero ya he vuelto.
Javier corre hacia mí y me abraza.
-
Te hemos echado de menos.
Lo estrecho entre mis brazos.
- Lo se, yo también os he añorado.

domingo, 28 de junio de 2009

Rescate

A base de esfuerzo, logramos hacer un agujero en el muro y cruzamos al otro lado. Y ahí está Javier. Lucia corre hacia él y lo abraza con fuerza. Yo, sin embargo, me quedo parada de golpe, sin poder casi contener las lágrimas.
Noches enteras sin dormir, pensando en él, intentando cruzar el muro... y solo una voz resuena en mi cabeza: “Y no me importa”.

lunes, 22 de junio de 2009

Al otro lado

Me acerco a ella por detrás y miro a ambos lados. Está golpeando un muro que se extiende a ambos lados y no parece tener fin. Tiene las manos ensangrentadas por las heridas que la piedra produce en su piel.
- ¿Por qué quieres romper el muro?
Ella se detiene un momento y me mira con los ojos llenos de lágrimas.
- Para pasar al otro lado.
Esta vez intenta trepar por él, se cae, pero lo intenta de nuevo hasta que la agarro del brazo.
- ¿Por qué?
- Porque él está al otro lado.
- ¿Él? ¿Quién?
- Javier.
Alarmada, yo también me pongo en marcha y empieza a escalar la pared.

martes, 16 de junio de 2009

3h en la estación.

Cuatro de la mañana y sigo sin ser persona.
Las horas pasan sin pausa mientras me iluminan las luces de la estación. Expectación, nervios, espera de un autobús que no llega. Y sin embargo, no importa. Horas de sueño perdidas, frío y canciones dentro de un coche vacío.
En algún lugar, no muy lejos de aquí, algún idiota se despierta, piensa y se duerme al cabo de un rato (no es cuestión de quedarse lo que queda de noche en vela).
Y así durante tres horas.
Casualidades de la vida: no era hoy el día convenido para el viaje. Esperemos que hoy (hoy sí) no vuelva a pasar nada de esto. Nada.

sábado, 13 de junio de 2009

Y

- Pues si que queda bien la tela en la esquina.
Asiente conforme y empieza a murmurar palabras en silencio.
- ¿Qué haces?
- Una lista.
Vuelvo de nuevo la atención a la lectura, pero me paro unos segundos después. Alzo la cabeza y lo miro con curiosidad.
- ¿Qué pones en la lista?
Sonríe y empieza a enumerar:
aaa- Comprar.
aaa- Ducharme.
aaa- Prepararme para salir,
aaa- y...
Se para ahí.
- ¿Y?

jueves, 11 de junio de 2009

Tela

- ¿Qué es eso?
- Solo es un trozo de tela, da igual.
Se encoge de hombros y sigue mirando por la ventana.
- ¿Sabes donde quedaría genial esa tela?
Frunzo el ceño, pensativa.
- En el suelo.
Él sonríe.
- Si, justo en esa esquina.

martes, 9 de junio de 2009

Teoría

Clase teórica:
Un deuterio y un tritio se fusionan dando lugar a un núcleo de helio y una radiación gamma.
El uranio se fisiona, produciendo mucha energía.
Entalpía de combustión, se calcula a partir de las entalpías de formación de los elementos.
Ecuación del M.A.S. se haya a partir del M.C.U.A.

Viva selectividad, que aprueban hasta las mesas... casi siempre.

domingo, 7 de junio de 2009

Sistema

Panel de funcionamiento al 45%.
Error en el sistema de control.
No pulse ningún botón.
Botón rojo activado.
Peligro de fusión o combustión espontánea.
Por favor, interrumpa la actividad actual antes de que el sistema entero se vaya a tomar por saco.
¿Vuelta a la normalidad? (seleccione una opción)
____Si. ____No.

jueves, 4 de junio de 2009

A.B.C.D.

Al principio, apostaba por mí. Aunque luego me di cuenta de que era algo imposible.
Entonces cambié mi voto a B, pero, al parecer, es más sensata de lo que parecía.
Desde luego, nadie apoyó a D, ni D misma lo hizo, pero es feliz así.
En cuanto a C... creo que en el fondo sabíamos que C ganaría. Aunque claro, ¿quién sabe si C es realmente C o se está haciendo pasar por otra persona? Parece increíble, pero sería lo más normal tratándose de C.

domingo, 31 de mayo de 2009

Malditos

Suena un disparo. Nos acercamos con sigilo hasta el animal abatido.
- Es una oveja, ¡¡le han dado a una oveja!!
Recoge el cuerpo del animal y lo observa con detenimiento.
- Aun respira, está viva.
Miramos hacia delante y vemos a uno, no... a dos elefantes alejándose de nosotros.
- Querían matar al elefante.
Alzo el puño y lo agito con fuerza.
- Malditos.
- ¿Qué pasa? – me mira extrañado ante mi reacción.
- Si queríais el trozo de pan, hay una panadería en la esquina – grito al aire.

jueves, 28 de mayo de 2009

Elefantes

- Mira, ¿qué es eso de ahí?
Vuelvo la cabeza hacia el lugar indicado.
- ¡Uy! Qué pasada. Es un elefante.
- ¿Uno?
Fruncimos el ceño y miramos con más atención.
- Hay... un elefante... escondido detrás del otro. ¿Por qué lo hará?
Me llevo la mano a la barbilla, pensativa.
- Se esconde de los traficantes de marfil que intentan matarle.
- Que listo es. Espera, creo que esconde algo, ¿qué será?
- Mmmm.
Los ojos se abren como platos cuando descubro lo que esconde el elefante escondido.
- ¡Un trozo de pan!

martes, 26 de mayo de 2009

Disfraces

Me quito las telas.
- ¿Por qué te lo quitas? ¡Si te queda genial!
Frunzo el ceño.
- Estoy cansada, este año prefiero ponerme otra cosa.
- Así que no quieres ir de cebolla. Entonces... ¿de qué vas a ir?
Ato la cremallera y me miro al espejo con una sonrisa.
- Cereza, este año de cereza.

lunes, 25 de mayo de 2009

Oso

Película a medias y palomitas.
Horas sin dormir.
Una sonrisa sincera tras un mar de lágrimas que lucha por romper el muro, mientras releo escritos antiguos. Culpabilidad estúpida.
Una ducha fría para aclarar los pensamientos.
Paseo rápido con... él.
Ansiada espera hasta la hora concertada.
Tristeza y casi lágrima al leer lo nuevo.
Sonrisa al recordar unas palabras sabias:
Hazle caso al oso”.

jueves, 21 de mayo de 2009

Mierda

Miro por la ventana. El sol brilla en lo alto. Recorro la calle con la vista. No hay nadie, nadie. Todo está desierto. No hay gente paseando, ni en las tiendas... nada. No hay nada.
Me vuelvo y me pongo una túnica oscura con ribetes plateados. Mi túnica de hechicera. Nunca había salido con ella a la calle, pero la situación de hoy, lo merece.
Salgo de casa y cierro con llave. Me meto en el ascensor. Soy más feliz que un niño con juguete nuevo. Cierro los ojos y bajo las escaleras del portal. Mi mano ase con fuerza la manilla y la hace girar.
Doy un paso adelante y aspiro con fuerza. Abro los ojos. Pero la calle no está desierta, sino llena de gente. Comprando paseando... Me miro de arriba a abajo. Me están viendo, me están mirando. Han descubierto lo que soy.
Y lo único que pasa por mi mente es:
“Mierda”

miércoles, 20 de mayo de 2009

Papel y lápiz

- ¿Qué haces?
Les miro de reojo.
- Escribir.
- ¿El qué?
- Un relato que espero terminar pronto.
- ¿Para qué?
Suspiro.
- Para poder terminar con todo esto.

martes, 19 de mayo de 2009

Silencio

Sus frentes se tocaban, estaban el uno muy cerca del otro.
- ¿Qué quieres hacer ahora? – preguntó Lucía.
- Ya lo sabes.
- No, no lo sé.
Dos minutos de silencio.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
- Ya lo sabes.
Tres minutos más.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
- ¿Y tú? – respondió Javier.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
Dos minutos más.
- Dais asco, ¿lo sabíais?

lunes, 18 de mayo de 2009

Burf

Me calzo y les miro.
- Voy a dar un paseo.
Cojo las llaves y salgo de casa.
Recorro las calles sin rumbo fijo, hasta que veo un edificio verde horrible. Me siento en un banco a la sombra. Cierro los ojos, me recuesto y respiro la tranquilidad del ambiente.
Siento un escalofrío y me incorporo en un instante. Un perro se ha parado a pocos centímetros de mí y me mira con curiosidad. Salta con agilidad sobre mi regazo y ladea la cabeza. Miro a mi alrededor, esperando ver a su dueño, pero la calle está desierta.
- Burf – suelta por lo bajo.
Frunzo el ceño, extrañada.
- Bubu – respondo.
Abro las mandíbulas y me restriega su lengua contra mi cara. Sacudo la cabeza para quitarme las babas.
- Guuu – gime por lo bajo.
- Guau.

domingo, 17 de mayo de 2009

Liberación

La oscuridad se cierne sobre la habitación. Me levanto lentamente y me acerco a la puerta. Es más o menos la misma hora que la última vez que volvió. Giro el pomo y me asomo a través de la rendija que dejo abierto. Él sigue ahí, esperando. Me mira extrañado.
- Pasa.
Me hecho a un lado. Ella nos mira desde su rincón, totalmente asombrada por mi acción.
- Me gustaría que volvieras. Se echan de menos tus consejos. Y creo que ella será más feliz si lo haces.
Una sonrisa ilumina su rostro.
- Gracias.
- No hay por qué darlas. Solo pido una cosa.
Se puso serio de nuevo.
- Lo que sea.
Miro fijamente las constelaciones del techo.
- Quiero que tengáis un nombre, cada uno. Ya sé que sois un producto de mi imaginación, pero quiero poder llamaros de alguna forma.
Se miran el uno al otro y asienten al unísono.
- De acuerdo. ¿Podemos elegirlo nosotros?
- Claro.
El cuarto se queda en silencio mientras piensas.
- Lucía.
- Javier.

sábado, 16 de mayo de 2009

Una noche única

- ¿Se me permite un abrazo?
Él cogió el libro de su mano y lo dejó sobre la cama. Abrió los brazos y rodeó su cintura. Ella descansó la barbilla sobre su hombro.
- Y ahora, ¿que?
Ella suspiró.
- No lo sé. Es demasiado complicado.
Se retiró un poco y lo besó en la mejilla. Él había cerrado los ojos y respiraba profundamente. Ella apoyó la frente sobre la de él y cerró los ojos también. Estaban muy cerca el uno del otro.
- ¿Qué pasaría si lo intentara?
Ella rió por lo bajo.
- Seguramente te pegaría.
- Pero puedo contigo.
- Lo se.
Tras un largo silencio de duda, sus manos se abrieron a su espalda. Ella salió del círculo de sus brazos y fue hasta la puerta. Él la siguió, con la duda aún en los ojos.
- No lo sé – repitió ella.
Él sonrió y abrió la puerta.
- Ha sido una noche única.
- Ha sido una noche memorablemente extraña.

---------
- ¿Eso es real? – preguntó ella desde la cama.
- No lo sé. Podría ser una página de un libro, o el sueño de una noche de primavera.


Para el "Arcano I"

miércoles, 13 de mayo de 2009

En la noche

La puerta se abre unos milímetros y vuelve a cerrarse. Sigo con los ojos entornados en la oscuridad. Alguien pasa a mi lado y sigue hacia el rincón donde duerme ella. Abro los ojos y escruto la habitación, intentando reconocer la figura que ha entrado.
Un susurro llega a mis oídos.
- Te has retrasado.
- Me echó ella, si me ve aquí no podré volver nunca – responde un chico.
Un silencio invade el cuarto y pasan varios minutos antes de que se vuelvan a oír las voces.
- Creo que te echa de menos, aunque no quiera admitirlo – dice ella.
- Lo se, pero no puedo volver si ella no quiere.
Se oye un suspiro profundo.
- Es una pena. No es feliz.
- Ya, pero eso tampoco quiere aceptarlo.

lunes, 4 de mayo de 2009

Ladrones

- ¿Y los ladrones?
Frunzo el ceño y le doy la espalda.
- Ellos roban a los artesanos. Se disfrazan, engañan. Conquistan los corazones que no les pertenecen por derecho. Seducen a los que, de normal, no estarían a su alcance. Y aún así, la mayoría de las veces son correspondidos.
Se me acerca por detrás y posa sus manos en mis hombros.
- Veo que no te gustan.
Bajo la cabeza y entorno los ojos.
- Desprecian el trabajo ajeno. No valoran el esfuerzo de los artesanos ni príncipes.
- Pero algo bueno tendrán, ¿no?
Me sacudo sus manos de encima y me vuelvo con una sonrisa.
- Nunca vienen por aquí.

jueves, 30 de abril de 2009

Artesanos

- ¿Quiénes son los artesanos?
Coloco mis manos bajo la cabeza y miro fijamente al techo mientras hablo.
- Los artesanos. Son personas que construyen poco a poco un sentimiento, basándose en la perseverancia y el esfuerzo. A veces, cuando las princesas pasean por los mercados, quedan prendadas de sus cualidades, y ellos siempre les ofrecen sus productos finamente labrados. Hay princesas que eligen a un artesano y renuncian a su título y posesiones por él, y por supuesto, un príncipe también puede elegir a una artesana.
Ella asiente con la cabeza.
- Es algo extraño. Los príncipes y las princesas pueden estar con artesanos, y aún así, ser felices, aunque tengan que renunciar a todas sus posesiones.
- No es extraño, es perfectamente normal. Al final, lo que le importa a uno no son las propiedades materiales, sino un hueco en el corazón del ser amado.

jueves, 23 de abril de 2009

Clases

- Hay algo que no entiendo.
Me encojo de hombros.
- Pues pregunta.
Se acomoda en la cama y se prepara, escogiendo las palabras con cuidado.
- Dijiste que solo podías unirte a un hechicero pero, ¿podrías amar a alguien más?
Me río por lo bajo.
- Soy humana, claro que si.
- ¿Y los otros deben tener ser algo especial?
Me vuelvo y la encaro.
- No pueden ser reyes/reinas, ni príncipes/princesas, ni caballeros...
- Vale, y, entonces, ¿qué pueden ser?
Me llevo un dedo a los labios, pensativa.
- Están los artesanos, los ladrones y los locos.
Asiente, conforme con la respuesta.
- Y, ¿conoces alguno?
- Mañana, ahora estoy cansada.

martes, 14 de abril de 2009

Chocolat

Rompo un pedazo y me lo llevo a la boca.
- ¿Qué comes?
Trago rápidamente.
- Chocolate.
Frunce el ceño, extrañada.
- ¿Por qué?
Me encojo de hombros.
- Porque me apetece llorar.
Cojo otro trozo...

sábado, 11 de abril de 2009

Regalos

Él entra sin llamar y se sienta en el suelo. Espera pacientemente a que abra los ojos.
- Vienes demasiado pronto, ¿qué ocurre?
Baja la mirada, avergonzado.
- Quiero hacerle un regalo, pero no sé qué le podría gustar.
Pongo los ojos en blanco, y niego con desaprobación.
- A veces el mejor regalo no es algo físico, algo material. Las rosas se secan, la plata se ensucia, los vestidos se rompen...
Me mira expectante, con los ojos muy abiertos.
- Si no puedo regalarle algo perecedero, ¿qué regalarle?
- Regálale lo único que no puede morir entre ambos.
Me levanto y voy hasta la mesa. Cojo la pluma y garabateo unas letras.
Vuelvo a sentarme en frente de él y le entrego el papel doblado.
- Dentro encontrarás el regalo perfecto para ella.
Murmura un agradecimiento y sale por la puerta, sin hacer ruido.

- ¿Quién era ese?
Se me había olvidado que ella seguía aquí, tumbada en la cama.
- El Príncipe Azul.
- ¿Y qué ponía en la hoja?

Un sentimiento.

lunes, 6 de abril de 2009

A quién

- Bueno, ¿y ya le has arreglado la vida a alguien esta semana?
Me encojo de hombros y le doy la espalda, algo molesta por su sarcasmo. Pero ella no ceja en su empeño.
- Siete días son muchos días, y conoces mucha gente. A alguno habrás ayudado, ¿no?
Intento que sus palabras no influyan mi respuesta, pero resulta algo imposible.
- A quién ayude o deje de ayudar no te importa.
- ¿Eso es “a nadie”?
- Eso es a alguien.
Me mira, mas interesada ahora.
- ¿A quién?
Me río por lo bajo.

- Al viento.

lunes, 30 de marzo de 2009

La hechicera

- ¿Eso es lo que eres?
- Eso es lo que soy.
Asiente despacio, asimilando la respuesta. Me vuelvo y sigo leyendo. La música sigue sonando.
- ¿Y qué pasa con el príncipe?
Coloco el marca páginas y cierro el libro.
- Encontró a su princesa, y ahora es feliz.
- Pero, ¿no lo vas a ver más?
Suelto una carcajada.
- Claro que si. Lo puedo ver cuando quiera, al fin y al cabo, seguimos siendo amigos.
- ¿Solo amigos?
Asiento con una sonrisa.
- No necesito más.
Ella frunce el ceño.
- No te entiendo. ¿Cómo no vas a necesitar más?
Me acomodo en la cama, apoyando la espalda en la pared.
- Todo príncipe necesita a su princesa, pero los hechiceros, no.
- Que vida mas triste tienen
- No, los hechiceros somos felices sin un príncipe.
Mi explicación no parece convencerla.
- Solo podemos unirnos a otros hechiceros, y en estos tiempos que corren, no abundan muchos en este mundo. Por eso, somos los que nos ayudamos, los que damos consejo y convocamos la magia. Somos los que contamos la historia.
Sonríe, aunque la alegría no llega a sus ojos.
- Que vida más triste.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Loppu ja alku

Príncipe azul, princesa violeta, príncipe verde, princesa malva, príncipe gris, princesa dorada…

En un mundo donde hay demasiados príncipes y sus correspondientes princesas. Un mundo donde los dragones se extinguen. Donde las hadas ya no viven seguras en sus bosques. Donde los duendes ya no tienen donde esconderse.

En un mundo donde los magos son perseguidos. Donde las brujas son quemadas en las hogueras. Donde nadie cree a los profetas. Donde nadie confía en los adivinos.

Cuando la magia ya no tiene cabida… Es entonces cuando el fin llega.

Es entonces cuando nacen los hechiceros.

Alkaa uusi alku.

domingo, 22 de marzo de 2009

Mirrow

Me miro al espejo. Ella me mira sentada en la cama. Recorro mi piel desnuda mientras doy vueltas.
- ¿Qué has hecho?
Bajo la cabeza y le lanzo una mirada a través de las pestañas.
- He tirado mi vestido – sonrío maliciosamente.
El reflejo sonríe conmigo, y ella niega con desaprobación.

viernes, 13 de marzo de 2009

Vuelta

- Hola, he vuelto.
Me giro y lo veo.
- Has tardado mucho.
- Lo se, lo siento.
Vuelvo la mirada al libro y continúo leyendo. Noto que se sienta a mi lado, en silencio, observándome.
- Has cambiado mucho.
Frunzo el ceño ante su afirmación.
- Me diste muchas cosas en las que pensar.
Asiente suavemente y apoya la cabeza en las rodillas. Coloco el marcador en la página, cierro el libro y lo dejo en el suelo.
Nos quedamos con la mirada fija uno en el otro. Sonrío al cabo de unos instantes.
- ¿Por qué eres diferente ahora?
La pregunta hace que levante una ceja.
- No lo se, supongo que ahora me necesitas así.
Su respuesta es extraña, pero la acepto.
- ¿En qué soy diferente? - dice tras un instante de vacilación.
La miro, pensativa.
- Ahora eres una chica.

jueves, 5 de marzo de 2009

Nombres

Se quita por fin de encima de mí y se tumba a mi lado. El silencio es tal que se oyen perfectamente nuestras respiraciones. Las estrellas siguen brillando en el techo y por la ventana entra el resplandor de las farolas.
- Creo que aún no te he preguntado tu nombre – susurro.
- No, no lo has hecho.
Espero a que continúe hablando, pero sigue mirando las estrellas.
- ¿Cuál es tu nombre?
Tarda unos segundos en contestar.
- No tengo.
Su respuesta me desconcierta y soy incapaz de contestar al instante.
- ¿No tienes? Todo el mundo tiene un nombre.
- Yo, no.
Vuelvo la cabeza hacia él.
- ¿Por qué?
Él no se mueve, pero su sonrisa se ilumina con la luz de la calle.
- Un nombre es solo una palabra asociada a un objeto, lo que para ti es una cosa, para mi puede ser otra... Y nunca me ha gustado tener nombre, es una limitación de todo lo que uno puede ser.
Asiento suavemente.
- Lo entiendo.
Él vuelve su rostro hacia mí.
- Aunque claro, tú puedes llamarme como quieras, al fin y al cabo, solo soy un producto de tu mente.

Le miro desconcertada, pero vuelvo la mirada al frente y me encojo de hombros. Da igual qué nombre le ponga, da igual cómo quiera llamarlo, da igual la palabra que utilice para referirme a él.

Él tiene razón...

lunes, 23 de febrero de 2009

Fail

Nuestros rostros se han quedado a unos centímetros.
- ¿Es por lo que te dije el otro día?
Niego suavemente con la cabeza.
Nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos el uno al otro.
De repente, el brillo de sus ojos cambia. Sé automáticamente lo que va a hacer, pero no puedo permitirlo.
Su rostro se abalanza sobre el mío, y yo giro la cabeza hacia un lado.
Sus labios me plantan un beso en la mejilla y se quedan ahí unos segundos. Espero a que los separe, pero no parece que lo vaya a hacer.
- Fallaste – susurro.
Él sigue sin moverse, pero noto que sus labios se estiran en una sonrisa sobre mi piel. Se separa unos milímetros y acerca la boca a mi oído.
- Fallaste.

sábado, 21 de febrero de 2009

Persecución

Cruzo la verja y avanzo hacia las escaleras. Comienzo a subir los peldaños y al levantar la cabeza, me encuentro con tu mirada. Me vuelvo y salgo corriendo. Entro en una galería comercial cercana y me meto en una tienda de ropa. Curioseo entre las prendas sin mucho ánimo. Veo que él entra también en la tienda. Me pierdo entre los minúsculos pasillos, intentando dejarle atrás. Me escondo tras una columna. Respiro con tranquilidad cuando no veo a nadie que se acerque a esta sección. Me vuelvo al frente y... Ahí está, justo delante de mí, mirándome con expectación.
Me doy la vuelta y salgo corriendo del local. Giro a mi derecha y me alejo de la zona céntrica del pueblo. Llego rápidamente a las afueras. Miro a un lado y a otro de la carretera y cruzo hasta la otra acera. Me meto por un callejón, caminando lo más rápido que puedo.
Llego por fin a un edificio abandonado y me adentro en él. Me oculto en las sombras y espero unos minutos. Él se detiene un segundo en la entrada y su sombra se dibuja sobre el suelo. Lentamente, se adentra un poco más y cierra la puerta tras de sí. Se mueve en silencio en la oscuridad, acercándose poco a poco a mi posición.
Estoy más que harta de esta situación, así que salgo de mi escondite, me planto delante de él y le digo, voz en grito:
- Deja de seguirme.
- Deja de evitarme.

viernes, 13 de febrero de 2009

Me incorporo y nos quedamos sentados uno frente al otro a menos de un metro.
- Puedes decirme lo que quieras, ya lo sabes.
Tomo aire y bajo la cabeza. No quiero mirarle mientras hablo.
- Se me alegra el día solo con verte, sabes cómo hacerme reír, siempre dices lo acertado en cada momento, me haces feliz cada vez que sonríes, siempre estás ahí cuando te necesito, sabes cuando estoy triste, sabes cómo animarme y cómo consolarme.
Me detengo un instante. Alzo un poco la cabeza. Él me mira expectante. Pongo los ojos en blanco y suelto un suspiro.
- Te adoro y daría la vida por ti.
Sus ojos se iluminan.
- Tu me amas.
Niego suavemente con la cabeza.
- No.
Él sonríe.
- No era una pregunta.

lunes, 9 de febrero de 2009

Ilusiones

Sí siembras una ilusión
Y la riegas con tu amor
Y el agua de la constancia
Brotará en ti una flor
Y su aroma y su calor
Te arroparán cuando algo vaya mal.

Me levanto del suelo, dejando el comic a un lado y cojo mi chaqueta. Me aseguro de que las llaves están dentro y meto la cartera en un bolsillo.
- ¿Adonde vas?
Él aún está tumbado en el suelo, pero se ha puesto de lado, apoyado sobre un codo.
- A la tienda.
- ¿A qué?
Le hago una mueca.
- A comprar.
Me mira extrañado, creo que piensa que se me ha ido la cabeza.
- ¿El qué?
Él frunce el ceño, pero yo le sonrío.

- Una ilusión.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Improvisando, improvisando..

Torna sol
Torna luna
Torna el torno
La locura
....

- ¿Qué haces?
- Improvisar.

Mil neuronas
En mi cabeza
No descansan
Comen cerezas
....

viernes, 30 de enero de 2009

Sol

- Mira. Hay eclipse de sol.
Miro hacia arriba, el sol luce en todo su esplendor.
- No, no es un eclipse. A veces, miles de nubes tapan al sol, y éste no puede hacer llegar sus rayos a la gente.
- ¿Y qué le pasa a esa gente?
- No sonríe.

miércoles, 28 de enero de 2009

Calidoscopio Infantil

Una damita al piano.
Do, re, mi.
Otra se pinta al espejo
los labios de colorín.
(Antonio Machado)

- Tres días ya recitando la misma poesía.
- ¿No te aburres?
- Me encanta.

domingo, 25 de enero de 2009

Piedras

Me tumbo a su lado en el suelo.
- He lavado el vestido.
- ¿Qué vestido?
- El rosa, ahora vuelvo a ser una princesa con un vestido brillante.
- ¿Y el caballo?
- Lo están cuidando los mejores veterinarios. No podré montar más en él, pero podré llevarlo de paseo por el bosque.
- Pero el bosque estaba deforestado.
- Lo se, pero ayer fui a plantar unas semillas, y pronto crecerán los árboles hasta alcanzar la altura de las nubes.
- Me parece genial.
Seguimos mirando las estrellas que brillan en el techo de mi cuarto. Vuelve la cabeza hacia mí.
- ¿Y qué pasó con el príncipe?
Le contesto sin mirarle.
- Resulta que no soy daltónica, simplemente tenía los ojos embarrados por la caída. Al lavar el vestido, unas gotas de agua cayeron en mis ojos y se llevaron la suciedad.
- No has respondido a mi pregunta. ¿Qué pasó con el príncipe?
Apoyo la mejilla en la alfombra.
- Al final, no es un príncipe verde. Pero da igual, porque no le gusta el rosa.
- Pero todos los príncipes quieren una princesa rosa.
- El mío no. De hecho, ya tiene a su princesa, y no es rosa, es una princesa violeta.
- ¿Violeta? Que color más raro para una princesa. Quizás podrías cambiarte de vestido, si te pusieras uno violeta, el príncipe tendría que elegir.
- Sería cruel para la princesa violeta.
- ¿Por qué? ¿Acaso tú no tienes derecho a ser amada, a conseguir a tu príncipe?
Frunzo los labios, pensativa.
- Si el príncipe me eligiera a mí, la princesa violeta se pondría triste y empezaría a llorar.
- Y si la elige a ella, tú estarías triste y llorarías.
Niego suavemente con la cabeza.
- No, yo no lloro.
- ¿Nunca? Pero si todas las princesas lo hacen. Todas las chicas lloran, y los chicos, y los animales, y las plantas... todos menos las rocas.
- ¿No te lo había dicho? Soy una princesa de piedra.

jueves, 22 de enero de 2009

568.080.000

¿Cuánto dura el tiempo? ¿Desde que naces hasta que mueres? ¿Desde que tomas conciencia de tu vida? ¿Desde que dejas de ser un niño? ¿Desde que eres adulto?

El tiempo dura desde que empiezas a vivir hasta que decides contarlo. Aquí me he parado, aquí he detenido el cronómetro.

18 años.
6575 días.
9.468.000 minutos.
568.080.000 segundos.


568.080.000 segundos... Puede que alguno más.

miércoles, 21 de enero de 2009

Por fin

Me acerco al borde del acantilado y miro al horizonte. El viento se lleva los últimos jirones de niebla y me dejan ver la luna en todo su esplendor. Me doy la vuelta y oteo la linde del bosque. El sendero por el que he venido se ha escondido entre la maleza.

Vuelvo a mirar al mar. Las aguas ondean mansamente a lo lejos, pero las olas se baten con fuerza contra las piedras desprendidas. Miro el reloj. Las doce menos diez, ya queda poco. Me agacho y dejo sobre la hierba el sobre cerrado. Nadie tendrá que preguntarse por qué lo hice, solo tendrán que leer mis escuetas líneas. Acaricio la goma de mi muñeca izquierda y la retiro suavemente. Me la llevo a los labios y susurro unas lúgubres palabras que la brisa se lleva al instante.

Me aproximo al borde hasta que las puntas de mis pies sobresalen de la tierra. Alzo la mirada hacia el cielo. “Te veré pronto”. Contemplo por última vez el mar. Cierro los ojos y extiendo los brazos. Noto el latido de mi corazón en los oídos. Debería estar muerta de miedo.

Sonrío para mí y me dejo caer. No siento nada. No hay odio, no hay dolor y la tristeza va desapareciendo paulatinamente. Abro los ojos justo antes de chocar con el agua. Me hundo poco a poco. La oscuridad se cierne sobre mí. “Ahora todo está bien.”

martes, 20 de enero de 2009

Eres...

Eres el sol que ilumina mis días. La que hace que sonría cada mañana al levantarme. La que hace que tenga ganas de irme a dormir, pues también te veo en mis sueños. Eres el motivo por el cuál mi corazón late cada segundo. Eres la octava maravilla del mundo. Eres...
- Perdona, pero, ¿qué es todo esto?
- ¿Te llamas Sara?
Le miro extrañada.
- No, Lidia.
- ¡Uy! Perdón, me he equivocado de persona.

lunes, 19 de enero de 2009

¿Si? ¿No?

- Si
- No
- Si
- No
- Si
- No
- Espera, espera. ¿Qué estamos discutiendo?
- Mmmm, creo que todo ha empezado por el ejercicio de mates.
Miramos en libro los dos a la vez y leemos en voz alta la cuestión de nuestra discusión.
- 2 + 2 = 4
Le miro.
- Está claro que es sí.
- No estoy de acuerdo.
- Si
- No

jueves, 15 de enero de 2009

¿Cómo eres?

Se gira en la silla y me mira.
- ¿Por qué haces eso?
- La vida es dura.
- ¿Y?
- Yo soy como la vida.
Se lleva una mano a la barbilla y me observa, pensativo.
- ¿Antes también eras así?
Inclino la cabeza y le dedico media sonrisa.
- No
Abre los ojos muy sorprendido.
- ¿Cómo eras?
- Aunque no te lo creas, yo antes era una princesa que vestía de rosa, y cabalgaba en un caballo blanco por los bosques en busca de mi príncipe azul.
- ¿En serio?
Asiento con la cabeza.
- ¿Y encontraste a tu príncipe?
- Oh, si, claro.
- ¿Y quién era? ¿Lo conozco?
- No, no lo conoces. Además olvidé su nombre hace tiempo.
- ¿Por qué? ¿Por qué no eres así ahora? ¿Qué pasó?
Me acomodo en la silla y acaricio en pelaje del gato que se ha acurrucado en mi regazo.
- A mi caballo se le rompió una pata. Al caer, se me ensució el vestido de barro. El bosque estaba completamente deforestado. Y mi príncipe no era azul, sino verde.
- ¿Verde? ¿Cómo puede ser un príncipe verde?
- Soy daltónica.
.
.
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Dedicado a Ander, tú siempre serás mi príncipe.

miércoles, 14 de enero de 2009

Quiero dormir

Abro los ojos. Me he debido quedar dormida en el sofá. Me levanto y cruzo en pasillo en penumbra, únicamente iluminado por la tenue luz de las farolas de la calle. Entro en mi habitación y me acerco a mi cama. Me quedo paralizada al ver el bulto que ocupa el colchón. Retiro la sábana unos centímetros y vuelvo a respirar aliviada. Solo soy yo. A pesar de que no he hecho ruido alguno, me he despertado. “¿Qué quieres?” ¿Qué voy a querer? “Dormir en mi cama.” Me remuevo hasta darme la vuelta y me miro. “He estado todo el día contigo en otra parte, ¿se puede saber dónde te has metido hoy?” Frunzo el ceño mientras pienso la respuesta y me dirijo una mirada inocente. “Me he quedado dormida, lo siento.” Suelto un soplido. Entrecierro los ojos y digo, muy enfadada: “Hoy hemos tenido un examen, y no me ha salido bien por tu culpa. Además, he estado distraída y no he podido concentrarme en nada. ¿Sabes lo que me cuesta dejar de pensar en quien tú sabes?” Bajo la cabeza en señal de arrepentimiento, sé que no es mucho, pero me conozco lo suficiente como para saber qué va a pasar. Lentamente, me hago a un lado para dejarme sitio. “Venga, entra.” Le dedico una leve sonrisa al bulto y me deslizo bajo de las sábanas. Estiro los brazos y me rodeo la cintura. Me estrujo en un fuerte abrazo y acaricio mi espalda con la nariz. Quién sabe cuando será la próxima vez que me encuentre conmigo...

martes, 13 de enero de 2009

Ego

¿Alguna vez habéis conocido a alguien tan egocéntrico que no podía parar de hablar de sí mismo? Yo si. Me ocurrió hace unos días. Estaba de compras, y me estaba mirando al espejo cuando vi a alguien que no paraba de mirarse una y otra vez. Me acerqué y le pregunté su nombre, ¿y a qué no sabéis qué? Se llamaba igual que yo. Y la verdad es que mi nombre no es muy común, pero si, se llamaba igual que yo. Se estaba probando un vestido que le quedaba bien, claro que a mi me quedaba muchísimo mejor. Cuando llegué a casa llamé a todas mis amigas, y les extrañó mucho que hubiera conocido a alguien así, sobre todo siendo como soy, o eso me dijeron. Aunque yo soy la persona más maravillosa del mundo, soy maja, estudiosa, extrovertida... Y además, guapa, tengo los ojos azules, pelo largo y, aunque no os lo creáis el mejor culo del mundo.

¡Uy! Igual estoy hablando demasiado de mí. Lo siento, casi mejor hablo de otra cosa. Mmmm, ¿qué os parece de mi sombra?

lunes, 12 de enero de 2009

Decisiones

Hay veces que la vida te plantea situaciones en las que tienes que elegir: matar o dejar vivir, ciencias o letras, la carrera en la universidad, el piso donde convivirás con tus compañeros, el traje de la graduación, el piso donde pasarás (con suerte) el resto de tu vida...

En este momento me encuentro en una de esas situaciones, y no sé qué elegir: ¿helado de fresa o de vainilla?