lunes, 30 de marzo de 2009

La hechicera

- ¿Eso es lo que eres?
- Eso es lo que soy.
Asiente despacio, asimilando la respuesta. Me vuelvo y sigo leyendo. La música sigue sonando.
- ¿Y qué pasa con el príncipe?
Coloco el marca páginas y cierro el libro.
- Encontró a su princesa, y ahora es feliz.
- Pero, ¿no lo vas a ver más?
Suelto una carcajada.
- Claro que si. Lo puedo ver cuando quiera, al fin y al cabo, seguimos siendo amigos.
- ¿Solo amigos?
Asiento con una sonrisa.
- No necesito más.
Ella frunce el ceño.
- No te entiendo. ¿Cómo no vas a necesitar más?
Me acomodo en la cama, apoyando la espalda en la pared.
- Todo príncipe necesita a su princesa, pero los hechiceros, no.
- Que vida mas triste tienen
- No, los hechiceros somos felices sin un príncipe.
Mi explicación no parece convencerla.
- Solo podemos unirnos a otros hechiceros, y en estos tiempos que corren, no abundan muchos en este mundo. Por eso, somos los que nos ayudamos, los que damos consejo y convocamos la magia. Somos los que contamos la historia.
Sonríe, aunque la alegría no llega a sus ojos.
- Que vida más triste.

2 comentarios:

  1. ay! las benditas terceras personas, terminan por ser el malo de la pelicula, así como el el personaje principal escondido tras el disfraz de simple cameador.

    es una pena, pero no existen ;)

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  2. Que el principe sea feliz con la princesa.
    Tú sigue buscando a tu hechicero ^^

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