lunes, 30 de marzo de 2009

La hechicera

- ¿Eso es lo que eres?
- Eso es lo que soy.
Asiente despacio, asimilando la respuesta. Me vuelvo y sigo leyendo. La música sigue sonando.
- ¿Y qué pasa con el príncipe?
Coloco el marca páginas y cierro el libro.
- Encontró a su princesa, y ahora es feliz.
- Pero, ¿no lo vas a ver más?
Suelto una carcajada.
- Claro que si. Lo puedo ver cuando quiera, al fin y al cabo, seguimos siendo amigos.
- ¿Solo amigos?
Asiento con una sonrisa.
- No necesito más.
Ella frunce el ceño.
- No te entiendo. ¿Cómo no vas a necesitar más?
Me acomodo en la cama, apoyando la espalda en la pared.
- Todo príncipe necesita a su princesa, pero los hechiceros, no.
- Que vida mas triste tienen
- No, los hechiceros somos felices sin un príncipe.
Mi explicación no parece convencerla.
- Solo podemos unirnos a otros hechiceros, y en estos tiempos que corren, no abundan muchos en este mundo. Por eso, somos los que nos ayudamos, los que damos consejo y convocamos la magia. Somos los que contamos la historia.
Sonríe, aunque la alegría no llega a sus ojos.
- Que vida más triste.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Loppu ja alku

Príncipe azul, princesa violeta, príncipe verde, princesa malva, príncipe gris, princesa dorada…

En un mundo donde hay demasiados príncipes y sus correspondientes princesas. Un mundo donde los dragones se extinguen. Donde las hadas ya no viven seguras en sus bosques. Donde los duendes ya no tienen donde esconderse.

En un mundo donde los magos son perseguidos. Donde las brujas son quemadas en las hogueras. Donde nadie cree a los profetas. Donde nadie confía en los adivinos.

Cuando la magia ya no tiene cabida… Es entonces cuando el fin llega.

Es entonces cuando nacen los hechiceros.

Alkaa uusi alku.

domingo, 22 de marzo de 2009

Mirrow

Me miro al espejo. Ella me mira sentada en la cama. Recorro mi piel desnuda mientras doy vueltas.
- ¿Qué has hecho?
Bajo la cabeza y le lanzo una mirada a través de las pestañas.
- He tirado mi vestido – sonrío maliciosamente.
El reflejo sonríe conmigo, y ella niega con desaprobación.

viernes, 13 de marzo de 2009

Vuelta

- Hola, he vuelto.
Me giro y lo veo.
- Has tardado mucho.
- Lo se, lo siento.
Vuelvo la mirada al libro y continúo leyendo. Noto que se sienta a mi lado, en silencio, observándome.
- Has cambiado mucho.
Frunzo el ceño ante su afirmación.
- Me diste muchas cosas en las que pensar.
Asiente suavemente y apoya la cabeza en las rodillas. Coloco el marcador en la página, cierro el libro y lo dejo en el suelo.
Nos quedamos con la mirada fija uno en el otro. Sonrío al cabo de unos instantes.
- ¿Por qué eres diferente ahora?
La pregunta hace que levante una ceja.
- No lo se, supongo que ahora me necesitas así.
Su respuesta es extraña, pero la acepto.
- ¿En qué soy diferente? - dice tras un instante de vacilación.
La miro, pensativa.
- Ahora eres una chica.

jueves, 5 de marzo de 2009

Nombres

Se quita por fin de encima de mí y se tumba a mi lado. El silencio es tal que se oyen perfectamente nuestras respiraciones. Las estrellas siguen brillando en el techo y por la ventana entra el resplandor de las farolas.
- Creo que aún no te he preguntado tu nombre – susurro.
- No, no lo has hecho.
Espero a que continúe hablando, pero sigue mirando las estrellas.
- ¿Cuál es tu nombre?
Tarda unos segundos en contestar.
- No tengo.
Su respuesta me desconcierta y soy incapaz de contestar al instante.
- ¿No tienes? Todo el mundo tiene un nombre.
- Yo, no.
Vuelvo la cabeza hacia él.
- ¿Por qué?
Él no se mueve, pero su sonrisa se ilumina con la luz de la calle.
- Un nombre es solo una palabra asociada a un objeto, lo que para ti es una cosa, para mi puede ser otra... Y nunca me ha gustado tener nombre, es una limitación de todo lo que uno puede ser.
Asiento suavemente.
- Lo entiendo.
Él vuelve su rostro hacia mí.
- Aunque claro, tú puedes llamarme como quieras, al fin y al cabo, solo soy un producto de tu mente.

Le miro desconcertada, pero vuelvo la mirada al frente y me encojo de hombros. Da igual qué nombre le ponga, da igual cómo quiera llamarlo, da igual la palabra que utilice para referirme a él.

Él tiene razón...