domingo, 31 de mayo de 2009

Malditos

Suena un disparo. Nos acercamos con sigilo hasta el animal abatido.
- Es una oveja, ¡¡le han dado a una oveja!!
Recoge el cuerpo del animal y lo observa con detenimiento.
- Aun respira, está viva.
Miramos hacia delante y vemos a uno, no... a dos elefantes alejándose de nosotros.
- Querían matar al elefante.
Alzo el puño y lo agito con fuerza.
- Malditos.
- ¿Qué pasa? – me mira extrañado ante mi reacción.
- Si queríais el trozo de pan, hay una panadería en la esquina – grito al aire.

jueves, 28 de mayo de 2009

Elefantes

- Mira, ¿qué es eso de ahí?
Vuelvo la cabeza hacia el lugar indicado.
- ¡Uy! Qué pasada. Es un elefante.
- ¿Uno?
Fruncimos el ceño y miramos con más atención.
- Hay... un elefante... escondido detrás del otro. ¿Por qué lo hará?
Me llevo la mano a la barbilla, pensativa.
- Se esconde de los traficantes de marfil que intentan matarle.
- Que listo es. Espera, creo que esconde algo, ¿qué será?
- Mmmm.
Los ojos se abren como platos cuando descubro lo que esconde el elefante escondido.
- ¡Un trozo de pan!

martes, 26 de mayo de 2009

Disfraces

Me quito las telas.
- ¿Por qué te lo quitas? ¡Si te queda genial!
Frunzo el ceño.
- Estoy cansada, este año prefiero ponerme otra cosa.
- Así que no quieres ir de cebolla. Entonces... ¿de qué vas a ir?
Ato la cremallera y me miro al espejo con una sonrisa.
- Cereza, este año de cereza.

lunes, 25 de mayo de 2009

Oso

Película a medias y palomitas.
Horas sin dormir.
Una sonrisa sincera tras un mar de lágrimas que lucha por romper el muro, mientras releo escritos antiguos. Culpabilidad estúpida.
Una ducha fría para aclarar los pensamientos.
Paseo rápido con... él.
Ansiada espera hasta la hora concertada.
Tristeza y casi lágrima al leer lo nuevo.
Sonrisa al recordar unas palabras sabias:
Hazle caso al oso”.

jueves, 21 de mayo de 2009

Mierda

Miro por la ventana. El sol brilla en lo alto. Recorro la calle con la vista. No hay nadie, nadie. Todo está desierto. No hay gente paseando, ni en las tiendas... nada. No hay nada.
Me vuelvo y me pongo una túnica oscura con ribetes plateados. Mi túnica de hechicera. Nunca había salido con ella a la calle, pero la situación de hoy, lo merece.
Salgo de casa y cierro con llave. Me meto en el ascensor. Soy más feliz que un niño con juguete nuevo. Cierro los ojos y bajo las escaleras del portal. Mi mano ase con fuerza la manilla y la hace girar.
Doy un paso adelante y aspiro con fuerza. Abro los ojos. Pero la calle no está desierta, sino llena de gente. Comprando paseando... Me miro de arriba a abajo. Me están viendo, me están mirando. Han descubierto lo que soy.
Y lo único que pasa por mi mente es:
“Mierda”

miércoles, 20 de mayo de 2009

Papel y lápiz

- ¿Qué haces?
Les miro de reojo.
- Escribir.
- ¿El qué?
- Un relato que espero terminar pronto.
- ¿Para qué?
Suspiro.
- Para poder terminar con todo esto.

martes, 19 de mayo de 2009

Silencio

Sus frentes se tocaban, estaban el uno muy cerca del otro.
- ¿Qué quieres hacer ahora? – preguntó Lucía.
- Ya lo sabes.
- No, no lo sé.
Dos minutos de silencio.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
- Ya lo sabes.
Tres minutos más.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
- ¿Y tú? – respondió Javier.
- ¿Qué quieres hacer ahora?
Dos minutos más.
- Dais asco, ¿lo sabíais?

lunes, 18 de mayo de 2009

Burf

Me calzo y les miro.
- Voy a dar un paseo.
Cojo las llaves y salgo de casa.
Recorro las calles sin rumbo fijo, hasta que veo un edificio verde horrible. Me siento en un banco a la sombra. Cierro los ojos, me recuesto y respiro la tranquilidad del ambiente.
Siento un escalofrío y me incorporo en un instante. Un perro se ha parado a pocos centímetros de mí y me mira con curiosidad. Salta con agilidad sobre mi regazo y ladea la cabeza. Miro a mi alrededor, esperando ver a su dueño, pero la calle está desierta.
- Burf – suelta por lo bajo.
Frunzo el ceño, extrañada.
- Bubu – respondo.
Abro las mandíbulas y me restriega su lengua contra mi cara. Sacudo la cabeza para quitarme las babas.
- Guuu – gime por lo bajo.
- Guau.

domingo, 17 de mayo de 2009

Liberación

La oscuridad se cierne sobre la habitación. Me levanto lentamente y me acerco a la puerta. Es más o menos la misma hora que la última vez que volvió. Giro el pomo y me asomo a través de la rendija que dejo abierto. Él sigue ahí, esperando. Me mira extrañado.
- Pasa.
Me hecho a un lado. Ella nos mira desde su rincón, totalmente asombrada por mi acción.
- Me gustaría que volvieras. Se echan de menos tus consejos. Y creo que ella será más feliz si lo haces.
Una sonrisa ilumina su rostro.
- Gracias.
- No hay por qué darlas. Solo pido una cosa.
Se puso serio de nuevo.
- Lo que sea.
Miro fijamente las constelaciones del techo.
- Quiero que tengáis un nombre, cada uno. Ya sé que sois un producto de mi imaginación, pero quiero poder llamaros de alguna forma.
Se miran el uno al otro y asienten al unísono.
- De acuerdo. ¿Podemos elegirlo nosotros?
- Claro.
El cuarto se queda en silencio mientras piensas.
- Lucía.
- Javier.

sábado, 16 de mayo de 2009

Una noche única

- ¿Se me permite un abrazo?
Él cogió el libro de su mano y lo dejó sobre la cama. Abrió los brazos y rodeó su cintura. Ella descansó la barbilla sobre su hombro.
- Y ahora, ¿que?
Ella suspiró.
- No lo sé. Es demasiado complicado.
Se retiró un poco y lo besó en la mejilla. Él había cerrado los ojos y respiraba profundamente. Ella apoyó la frente sobre la de él y cerró los ojos también. Estaban muy cerca el uno del otro.
- ¿Qué pasaría si lo intentara?
Ella rió por lo bajo.
- Seguramente te pegaría.
- Pero puedo contigo.
- Lo se.
Tras un largo silencio de duda, sus manos se abrieron a su espalda. Ella salió del círculo de sus brazos y fue hasta la puerta. Él la siguió, con la duda aún en los ojos.
- No lo sé – repitió ella.
Él sonrió y abrió la puerta.
- Ha sido una noche única.
- Ha sido una noche memorablemente extraña.

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- ¿Eso es real? – preguntó ella desde la cama.
- No lo sé. Podría ser una página de un libro, o el sueño de una noche de primavera.


Para el "Arcano I"

miércoles, 13 de mayo de 2009

En la noche

La puerta se abre unos milímetros y vuelve a cerrarse. Sigo con los ojos entornados en la oscuridad. Alguien pasa a mi lado y sigue hacia el rincón donde duerme ella. Abro los ojos y escruto la habitación, intentando reconocer la figura que ha entrado.
Un susurro llega a mis oídos.
- Te has retrasado.
- Me echó ella, si me ve aquí no podré volver nunca – responde un chico.
Un silencio invade el cuarto y pasan varios minutos antes de que se vuelvan a oír las voces.
- Creo que te echa de menos, aunque no quiera admitirlo – dice ella.
- Lo se, pero no puedo volver si ella no quiere.
Se oye un suspiro profundo.
- Es una pena. No es feliz.
- Ya, pero eso tampoco quiere aceptarlo.

lunes, 4 de mayo de 2009

Ladrones

- ¿Y los ladrones?
Frunzo el ceño y le doy la espalda.
- Ellos roban a los artesanos. Se disfrazan, engañan. Conquistan los corazones que no les pertenecen por derecho. Seducen a los que, de normal, no estarían a su alcance. Y aún así, la mayoría de las veces son correspondidos.
Se me acerca por detrás y posa sus manos en mis hombros.
- Veo que no te gustan.
Bajo la cabeza y entorno los ojos.
- Desprecian el trabajo ajeno. No valoran el esfuerzo de los artesanos ni príncipes.
- Pero algo bueno tendrán, ¿no?
Me sacudo sus manos de encima y me vuelvo con una sonrisa.
- Nunca vienen por aquí.