lunes, 25 de enero de 2010

Motivo

- Y, ¿se puede saber por qué has venido?
El hechicero suspira levemente.
- ¿Huías de algo?
Él niega con la cabeza.
- Vine aquí porque quería cambiar de aires.
- ¿Alguien te acosaba?- dice la hechicera entre risas.
Una media sonrisa aparece en la cara del invitado.
- Más o menos.
- ¿Me cuentas la historia?
Él se encoge de hombros y toma aire antes de empezar.

viernes, 15 de enero de 2010

Norma

Al fin, se sienta. La hechicera mira a su alrededor y deja el libro sobre la mesa.
- Creo que no tienes intención de irte, ¿no es así?
Él niega con la cabeza suavemente.
- Bien, pues entonces me veo obligada a ofrecerte una cama en mi humilde morada. Y a pedirte que restrinjas el uso de magia lo máximo.
El hechicero alza una ceja sin comprender.
- Pero, si somos hechiceros… ¿cómo no vamos a utilizar la magia?
Ella suelta un suspiro de incredulidad.
- Para mantenerlos alejados.
- ¿A quiénes?
- A ellos, a los fantasmas y espíritus.
Él frunce el ceño.
- ¿No se fueron hace ya mucho tiempo?
- Si, pero han regresado.

domingo, 10 de enero de 2010

En la sala

- ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí?
El Hechicero sigue delante de ella, sin moverse. Ella asiente conforme a su respuesta silenciosa y se sienta en el sillón más cercano. Escoge un libro de la mesa y se recuesta a leer.
- ¿Qué haces? – dice él.
La Hechicera responde sin apartar la mirada de las letras.
- Esperar a que te sientes.