lunes, 23 de febrero de 2009

Fail

Nuestros rostros se han quedado a unos centímetros.
- ¿Es por lo que te dije el otro día?
Niego suavemente con la cabeza.
Nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos el uno al otro.
De repente, el brillo de sus ojos cambia. Sé automáticamente lo que va a hacer, pero no puedo permitirlo.
Su rostro se abalanza sobre el mío, y yo giro la cabeza hacia un lado.
Sus labios me plantan un beso en la mejilla y se quedan ahí unos segundos. Espero a que los separe, pero no parece que lo vaya a hacer.
- Fallaste – susurro.
Él sigue sin moverse, pero noto que sus labios se estiran en una sonrisa sobre mi piel. Se separa unos milímetros y acerca la boca a mi oído.
- Fallaste.

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