sábado, 21 de febrero de 2009

Persecución

Cruzo la verja y avanzo hacia las escaleras. Comienzo a subir los peldaños y al levantar la cabeza, me encuentro con tu mirada. Me vuelvo y salgo corriendo. Entro en una galería comercial cercana y me meto en una tienda de ropa. Curioseo entre las prendas sin mucho ánimo. Veo que él entra también en la tienda. Me pierdo entre los minúsculos pasillos, intentando dejarle atrás. Me escondo tras una columna. Respiro con tranquilidad cuando no veo a nadie que se acerque a esta sección. Me vuelvo al frente y... Ahí está, justo delante de mí, mirándome con expectación.
Me doy la vuelta y salgo corriendo del local. Giro a mi derecha y me alejo de la zona céntrica del pueblo. Llego rápidamente a las afueras. Miro a un lado y a otro de la carretera y cruzo hasta la otra acera. Me meto por un callejón, caminando lo más rápido que puedo.
Llego por fin a un edificio abandonado y me adentro en él. Me oculto en las sombras y espero unos minutos. Él se detiene un segundo en la entrada y su sombra se dibuja sobre el suelo. Lentamente, se adentra un poco más y cierra la puerta tras de sí. Se mueve en silencio en la oscuridad, acercándose poco a poco a mi posición.
Estoy más que harta de esta situación, así que salgo de mi escondite, me planto delante de él y le digo, voz en grito:
- Deja de seguirme.
- Deja de evitarme.

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