jueves, 10 de septiembre de 2009

Reflejo

Descorro violentamente la cortina y dejo al descubierto el espejo. Lo miro con rabia.
- Te odio.
- Te odio.
Nos miramos durante unos instantes. De repente, dos perlas brillantes se deslizan por la superficie del espejo. Lentamente, me acuclillo y abrazo mis rodillas.
- Das pena.
- Das pena.
Sonrío un segundo y mi rostro vuelve a enfurecerse.
- Te odio.
- Te odio, eres tan débil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario