domingo, 28 de junio de 2009

Rescate

A base de esfuerzo, logramos hacer un agujero en el muro y cruzamos al otro lado. Y ahí está Javier. Lucia corre hacia él y lo abraza con fuerza. Yo, sin embargo, me quedo parada de golpe, sin poder casi contener las lágrimas.
Noches enteras sin dormir, pensando en él, intentando cruzar el muro... y solo una voz resuena en mi cabeza: “Y no me importa”.

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