viernes, 14 de mayo de 2010

Rumbo al Reino

Cierro la puerta después de despedir a mis invitados. Javier me mira apoyado en la columna del salón.
- ¿Tu no te vas? – le pregunto bajando la mirada.
Él niega con la cabeza.
- Quiero quedarme aquí contigo.
Miro hacia el horizonte a través de la ventana, pensativa.
- No sé si eso es posible – digo con amargura.
Javier abre mucho los ojos y se sienta, desolado.
- Pero tú eres la Hechicera, ¿por qué no puedo?
Me siento el en sillón de enfrente.
- No es tan fácil. Yo no te envié aquí, no puedo controlarte. Pero en verdad me gustaría que te quedaras.
Nos quedamos en silencio unos minutos.
- ¿Y si él me libera?
Me levanto inmediatamente con una nota de alegría en mis ojos.
- Tienes razón, he de intentarlo. Saldré hoy mismo hacia el Reino Entrerríos y se lo preguntaré.
Me acerco al sillón donde se sienta Javier y le planto un beso en la frente.
- Gracias por intentarlo. Vuelve pronto.

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