jueves, 10 de junio de 2010

El collar

Salgo de mi agujero, aún sin recuperarme del todo y entro de nuevo en casa. Javier me esperaba en la entrada, me abraza y me sonríe al apartarse.
- Ha venido alguien mientras no estabas – me dice.
Frunzo el ceño, ya que no había visto a nadie entrar en mi casa mientras estuve en el agujero.
- Quería tu collar, el que llevas puesto. Lo ha estado buscando, lo ha llamado, pero no lo ha encontrado.
Me llevo la mano al cuello y acaricio la cadena y lo que cuelga de ella. Sigo bajando la mano hasta llegar a mi pecho.
- Nadie se lo puede llevar. Ni el artesano más amable, ni el ladrón más hábil, ni la princesa más luchadora, ni nadie. Porque ni siquiera es mío.
Javier abre mucho los ojos y me mira extrañado.
- ¿No es tuyo?
Niego suavemente con la cabeza.
- ¿Y de quién es?
Sonrío y lo atraigo hacia mí. Lo rodeo con mis brazos hasta que nuestros rostros quedan a pocos centímetros. Me acerco aún más y le susurro al oído.
- Es tuyo. O…

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